lunes, 6 de julio de 2009

EL ROSTRO DE TODAS LAS MAÑANAS





Federico Salazar le abrió a EXPRESO las puertas de su casa para contarnos su pasión por el periodismo, la carrera que aprendió a querer gracias a la influencia de su padre, dejando de lado su primera vocación: la filosofía. Hoy, a 16 años de sus inicios en “Primera Edición”, es una figura indiscutida en el horario matutino gracias a su carisma y estilo. Desde sus inicios en “La Prensa”, pasando por su dupla añorada con Sol Carreño, el amor que descubrió junto a Katia Condos y el tridente que conforma hoy en día junto a Verónica Linares y Johana San Miguel, Federico nos describe los secretos de su éxito.

¿Como llegaste al periodismo, si estudiaste Filosofía en vez de Ciencias de la Comunicación?
Mi padre es periodista y por ese lado siempre estuve vinculado a la carrera. Cuando yo decido estudiar Filosofía de hecho necesitaba hacer unos “cachuelos” para mis pequeños gastos, libros etcétera, ya que era grande para depender totalmente de la generosidad paterna. Y buscando comencé a trabajar en una y otra cosa. Así llegue al diario Opinión Libre, estuve encargado del conteo y encuadernación del diario. El trabajo era de madrugada, entraba a las 9 pm y salía a eso de las 8 o 9 de la mañana.
El quehacer periodístico no me era ajeno ya que he crecido en ese ambiente escuchando a mi padre discutir, analizar temas del momento y con mi madre que se involucraba en sus trabajos. No podía ser de otra manera.

Tu padre creo un diario, fue un líder de opinión…
Sí, en una época en la que la prensa fue hostigada por el gobierno militar, mi padre decidió salir del diario La Prensa y para no quedarse con los brazos cruzados decide crear un pequeño periódico que se llamó Opinión libre y lo realizaba en casa.

¿Escribiste algunos artículos o notas para el diario de tu padre?
Sí, esto fue muy gracioso. Mi padre me hizo una prueba: un día estaba apurado y no había terminado su columna, entonces, me dijo “termínamela tú”. Él sabía que yo ya escribía, pero me dedicaba más a la literatura, cuentos y novelas, pero al final lo ayude. La columna se publicó con su nombre y gracias a eso recibió muchas llamadas con buenos comentarios. Después de eso me dieron eventuales oportunidades para publicar artículos. Luego de algunos años él me contó que en realidad me estaba probando.

¿Por qué medios escritos pasaste antes de llegar a la televisión?
Estuve en los diarios La Prensa, Expreso, Ojo, Universal y colaboré con Oiga.

¿Qué hiciste antes de llegar a la televisión?
En 1988 yo me voy a trabajar a Arequipa por un contrato que hice junto a Juan Carlos Tafur para trabajar en los canales de allá, pero en la parte de producción. Hacíamos algo de conducción pero nuestra principal tarea era preparar a los reporteros. Yo trabajé en el Canal 8, ahora Canal 9 de Arequipa, y Juan Carlos trabajó en el Canal 6. Ahí estuve algunos años, me casé, nació mi primer hijo, luego regreso a Lima y estaba en nada.

Conseguí trabajo como editor de una revista, estuve en Expreso por mucho tiempo y gracias a las columnas que escribía me llamó Miguel Humberto Aguirre para Radio Programas, porque estaba buscando gente con ideas nuevas. Me preguntaba si me interesaba y yo dije “por supuesto” porque estaba buscando trabajo, con un hijo encima. Allí conduje “Ampliación de noticias” y un programa en la tarde. Ahí estuve casi tres años y en ese momento me llamaron de Canal 4. Empecé en 1993 en Primera Edición.

¿Qué recuerdos tienes de esos tiempos conduciendo con Sol Carreño?
Con Sol nos convertimos en más que amigos, en hermanos. Actualmente no nos vemos con frecuencia porque ella vive en Lurín, pero hablamos por teléfono, intentamos encontrarnos al menos una vez al mes para tomarnos unos cafés y contarnos nuestras cosas. Somos “patas”, además ella me apoyó en toda mi etapa de separación y eso es importante.

Hablando de tus partners en televisión, ¿Con quién has congeniado más?
Obviamente con Sol (Carreño). He tenido ocho años, de co-conducción y realmente porque en ese tiempo que trabajamos juntos viví momentos muy duros y nos apoyamos mucho. Tenemos una relación muy especial. Ahora tengo una amistad muy desarrollada con Verónica (Linares), nos hemos hecho amigos muy cercanos, nos conocemos muy a fondo. Yo la quiero mucho y creo que ella también. Hemos hecha una buena amistad.

Siempre has tenido la suerte de trabajar con periodistas simpáticas, ¿Alguna vez has pasado el límite de la amistad para intentar una relación de pareja con tus partnes, de repente cuando estabas separado o solo?
Todas las periodistas son simpáticas (risas). Nunca he tenido la suerte de encontrar algo más que una amistad y eso que hubo un tiempo que estuve solo, como tú dices.

¿Y los coqueteos con Johana San Miguel?
Es un amor-odio, coqueteos y “cochineos”. Lo que pasa es que Johana es muy amiga de Kathia (Condos) por el teatro y yo la conozco desde hace mucho tiempo. De hecho yo sugerí que la convocaran para el casting del bloque de espectáculos, pero ella fue la que se lo ganó.

¿Qué opinas de la entrada de Mónica Delta a los programas matutinos? ¿Es tu competencia?
Yo no puedo opinar sobre lo que no veo. Solo he visto fragmentos, me parece muy bien, ella es muy aplomada y él (Aldo Mariátegui) aporta con la opinión y el análisis. Es una propuesta muy interesante que ya no había en la televisión y que de repente se había olvidado. Me parece muy bien por Frecuencia Latina, ya que ese horario lo tenía abandonado, poniendo series como Bonanza y El Gran Chaparral.

Pero los demás canales, no se quedan atrás…
El televidente tiene más opciones para ver en las mañanas. De hecho ahora todo los canales tienen su programas noticiosos matutinos como Canal 9, Canal 5, aunque tuvo un gran remezón y esta allí bien parado ahora. Y Canal 2 está en la pelea, creo que está en segundo puesto en ese horario.

¿Cómo ves la situación de Canal 5?
Aún no termina, no se sabe qué va a hacer la familia Schutz. De repente Genaro (Delgado Parker) viene con otro juicio. Lamentablemente el canal no tiene una estabilidad jurídica, ojalá la tenga pronto. Es admirable que el personal del canal a pesar de no contar con presupuesto saque los programas adelante. Eso es para sacarse el sombrero.

Nos hablaste de una muy buena época del periodismo en tu época en La Prensa ¿Crees que eso se vuelva a repetir? ¿Crees que hay nuevos valores dentro del periodismo?
Depende mucho de la lectoría, de lo que demanda el público como producto de consumo, porque el periódico es un producto de consumo como lo es la televisión. Tú compras periódico de acuerdo a cómo está tu día. Antes había más tiempo para leer y por eso los formatos eran grandes, eso ha sido desplazado por los formatos pequeños que facilitan la lectura. Puedes leer en un micro, en el trabajo, en la universidad, en el camino, la oportunidad de la lectura ha cambiado. En casa ya no es el padre que le lee al hijo, que después de almuerzo se sentaba, tenía un tiempo. Ahora todo es mucho más rápido y de a pocos la lectura se está trasladando a los blogs. El periódico tiene que ser más gráfico, menos texto, más infografía, impacto visual y más cuidado en el lenguaje. La economía del lenguaje, porque se tienen que decir más cosas en menos cantidad de palabras, pero para eso tienes que dominar el lenguaje.

Últimamente se han transmitido imágenes crudas sobre los enfrentamientos en Bagua ¿Crees que ha sido la mejor forma de transmitir la información?
Creo que mientras ofrezcas varias opciones, el público tiene libertad de elegir qué tipo de información quiere. Ahora si me preguntas a mí si es buena o mala la forma en la que se trató el tema, pienso que no dejaría que mis hijos vean eso. En todo caso, como padres tenemos que intermediar la información. Sin embargo, lo que también debemos analizar es que los medios no trabajan para los hijos, sino para el público que quiere ver o saber, siempre y cuando haya cada segmento del mercado que sea atendido.

¿Qué crees que le falta al periodismo en la actualidad?
Creo que sí falta un poco más de análisis de lo que está pasando. De repente el periódico ya no es el espacio, de repente ahora el espacio del análisis esté en los medios digitales. Por ejemplo en televisión, tenemos el cable y la señal abierta, pero también ha cambiado un poco la oferta porque ha cambiado el público. El hombre que trabaja y que vive en los conos o en la falda del cerro y tiene que entrar a trabajar antes de las ocho de la mañana tiene que salir a las seis y tiene que tener todo al instante, entre cinco y media o seis, o sea los titulares de las seis se los tienes que dar en una o dos palabras. No le puedes dar análisis a esa hora, no hay tiempo pues el tema es la gente, nosotros los atendemos y damos un servicio. No son ellos los que nos sirven a nosotros, tenemos que buscar adecuarnos y entender a la gente.

¿Si depende de ti, quisieras seguir en la televisión?
¿Por qué no? Ya me acostumbré al horario, pero si hay que hacer un cambio también lo hago. Si hay que regresar a prensa, hago prensa. A mí me gusta lo gráfico, soy más gráfico que audiovisual. Me encantaría hacer prensa en la parte de edición, también me gusta escribir pero me gusta más la edición. En cualquier momento que salga una iniciativa yo estaré ahí. Me gusta la radio también. Me estoy dando cuenta de que soy un ambicioso porque me gusta todo y estoy dispuesto a todo (risas). Esto es mi chamba, si hoy trabajo en la tele, bien; si mañana es periódico; bien, o revista o radio o lo que sea. Hay que hacer lo que haya.

KATIA, SU COMPAÑERA PERFECTA

Katia (Condos) está en Canal 9, justo durante el bloque de espectáculos, ¿por eso es que coqueteas con Johana?
Si Katia me saca la vuelta con otro canal yo le saco la vuelta con otra conductora. Yo siempre he participado del bloque, pero ahora lo hago con más fuerza porque además ahora se están presentando grupos. Eso es nuevo, generalmente los grupos de “cumbiamberas” me pasan la voz y yo no tengo la culpa. Tengo que entrar al tema, como cuando fue Magdyel Ugaz. Ella me sacó, porque yo estaba de espaldas y me jaló, ya no podía hacer nada. Ya estaba “hecho” (risas).


¿Nunca Katia te ha hecho algún tipo de reclamo?
No.

¿Ella no es celosa?
No para nada. Eso depende de la relación, de la seguridad y la confianza.

¿Cómo va su matrimonio ahora? Porque sabemos que aparte del noticiero tienes otras labores, enseñas, escribes ¿Cómo haces?
He tenido que dejar algunas cosas. Por ejemplo, este semestre decidí no enseñar.

¿Cómo compartes tu tiempo con Katia?
Ella está en una época “brava”. Antes estuvo peor, porque estaba con una campaña publicitaria, tenía la comedia romana y estaba ensayando la obra teatral “La pulga en la oreja”. Pobre, estaba en diez mil cosas.

¿Encuentran tiempo para ustedes?
Tratamos de almorzar en casa con toda la familia, en la medida de lo posible. No acepto compromisos a esa hora, aunque tendría que ir. Si hay algo que no puedo evitar, voy, pero acá el almuerzo es una “institución”, porque allí puedes transmitir valores, educar a tus hijos, comentar cosas. No sé de dónde saca tiempo pero apoya en las tareas de los chicos. Si no está ella estoy yo. Por ejemplo, hace poco nos vimos a las 11 de la noche que ella llegó a casa y yo estaba despierto. Conversamos un poquito, nos abrazamos y nos quedamos dormidos porque nos levantamos temprano.

¿Ya te has acostumbrado a tu horario de trabajo?
No, te aseguro que a despertarse a las cuatro de la mañana nadie se acostumbra. Lo que pasa es que al principio los programas eran a las seis, me levantaba a las cinco y no tenía ningún problema, pero a las cuatro es otra historia.

¿Cómo conoces a Katia y cómo logras conquistarla? ¿Cómo conquista un narrador de noticias a una actriz?
Lo que pasa es que yo soy un galán (risas). Yo estaba separado, vivía en la casa de unos amigos y andaba muy deprimido por separarme de mis hijos, sobre todo. Mis amigos me “jalaban” a fiestas y en una de esas reuniones en la casa de una amiga periodista, un amigo que es director de telenovelas y dirigió mucho tiempo a Katia le dice a ella que lo acompañe. Katia estaba soltera, me refiero a que no tenía ningún enamorado. Ella comentó que había solo periodistas y él le dijo: “son buena gente”. Ahí la conocí, conversamos, nos fuimos a un karaoke y esa misma noche intercambiamos teléfonos.

¿Fue amor a primera vista?
No sé si fue así. Nos enganchamos muy fácilmente en la conversación, en los temas comunes y al término de esa noche intercambiamos teléfonos. Después de poco más de una semana la llamé para salir a tomar un café y conocernos más. Ahí comenzó todo, el enamoramiento y el desafío de la conquista.

¿Cómo se conquista a Katia Condos?
Le bailé la danza de los siete velos (risas). Yo creo que nos enganchamos en una época que como yo andaba medio “bajoneado” y ella tiene un instinto de enfermera. A mí me encantó su conversación, su sentido del humor, su inteligencia y que hablara de lo que hablara yo nunca me aburría con ella. Eso no me había pasado antes, porque yo había salido también con otras personas en esa época. Fuimos conociéndonos, además ambos vivíamos en Barranco, entonces era fácil ubicarnos y muy fácilmente entablamos una relación. Como todos los enamorados teníamos salidas y nos fuimos conociendo y amoldando muchísimo.

¿Por qué deciden convivir antes de casarse?
Lo de la convivencia se dio por que nuestra relación ya estaba bastante madura. Hemos convivido después de cinco años de enamorados y no me podía casar porque no había terminado mi juicio de divorcio, pero no era necesario que nos casáramos. Ya convivíamos, teníamos hijos, digamos que la formalización fue otra decisión, nos casamos o no nos casamos. Había el mito de que si hemos vivido tan bien sin el matrimonio que de repente si nos casábamos malograríamos las cosas, pero felizmente no fue así.





¿Digamos que en tu tiempo de casados no ha habido alguna diferencia?
No solamente eso, sino que estamos mejor. Tampoco es que hemos mejorado porque no estábamos mal, sino que todo sigue tan bien como siempre y pasa que mi relación con Katia siempre es mejor.

¿Podemos decir que hay Katia y Federico para rato?
Yo no sé lo que pueda venir, pero hasta donde va estamos muy satisfechos.

¿Podemos decir que te ha seguido conquistando y te va a seguir conquistando y es una conquista mutua? ¿No es que con el pasar de los años la conquista haya quedado de lado?
Es una conquista mutua y no ha quedado de lado. Tenemos muchos detalles uno con el otro, nos mandamos mensajes de texto, durante el programa nos mandamos hasta fotitos. Nos escribimos “mírame”, “te mando un beso” en plenos comerciales. Es una relación súper divertida.

¿Cómo te consideras con tus hijos?
Sobre protector no soy, más bien trato de soltarlos, pero a la vez soy un poco tenso. Mi padre no tenía esa tensión, tenía mucha confianza en nosotros. Yo tengo mucha confianza pero soy más nervioso que mi él, soy más neurótico, entonces ando un poco tenso con el tema de la seguridad. Con el mayor, por ejemplo, cuando no llega en la noche o con los chiquitos por si se caen o no. Soy estresado, qué puedo hacer.




EN LA PRENSA. TRABAJÓ CON BAYLY CUANDO ÉSTE TENÍA 15 AÑOS
“YO LE ENSEÑÉ A JAIME LO QUE ME ENSEÑARON A MÍ”

¿Es cierto que Jaime Bayly fue tu asistente en La Prensa?
Sí pero por muy poco tiempo, ya que por su talento para escribir paso rápidamente a ser redactor. Yo entro al diario en 1981, medio año después que Jaime. Me dan la página de Especiales, luego la página de Internacionales y allí tuve a Jaime como asistente.

¿Entonces fuiste su jefe?
Sí, fui su jefe, pero por corto tiempo. Jaime daba para mucho más que simplemente eso y luego de pasar por varias secciones en el diario, se le encargó que escribiera en su propia página.

¿Y cuántas veces le corregiste la redacción?
En su primer texto recuerdo que fueron como ocho veces y tuvo que hacerlo de nuevo. Muchos de los chicos que yo he tenido salieron porque no aguantaban la presión ni el ritmo de corregir, lo que implicaba volver a redactar la nota en máquinas de escribir porque no usábamos computadoras. Sin embargo, Jaime era muy persistente y además tenía muchas ganas de aprender, porque en la segunda oportunidad solo le corregí tres o cuatro errores y la tercera solo un par de comas. Después de eso, nunca más volví a tocar un texto de él. Yo le enseñé a Jaime lo que me enseñaron a mí.
Jaime terminó siendo columnista político de La Prensa en un lapso de tres años, fue muy rápido. Empezó cortando cables de internacionales y terminó como columnista político del segundo diario mas importante del país. Se notaba que amaba escribir y tenía una gran vehemencia, una gran pasión por la investigación. Nos hicimos amigos junto a otros compañeros que hoy en día son conocidos como Carlos Espá, Enrique Ghersi, Pablo Cateriano y otros más. Fue una buena promoción.

Mario Vallejo

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